miércoles, 21 de abril de 2010

Imaginación sociologica.

Nos habían pedido para sociología, reescribir el cuento de la Cenicienta utilizando la tan conocida imaginacion sociologica. Esto fue lo que yo hice:

Había una vez en una época feudal, una niña que vivía en el paradigma dominante de la época. Sus padres estaban muertos, porque las enfermedades por los reinos eran de lo más común, y era huérfana, como toda niña de la calle. Por supuesto, vivía con otros individuos, formando así su ella, y la sociedad, en la cual vivía con su familia, quien estaba compuesta por su madrastra y sus hermanastras.

Como el paradigma dominante de la época dictaba que los hijos bastardos eran lacra, la niña era tratada como una esclava, y obligada a limpiar y hacer los quehaceres en su propia casa. La llamaban Cenicienta.

Un día, creando un enigma indescifrable que no daría lugar jamás a un paradigma alternativo, el rey invitó a todas las mujeres a un baile (viejas, jóvenes, pobres, solteras, POBRES). Porque venga, es tan anormal en esa época que la nobleza se mezcle con la plebe como es hoy en día mezclar sal con jugo de manzana.

Por supuesto, como la sociedad es un conjunto de individuos y Cenicienta era uno de ellos, fue invitada.

Y la madrastra, como se debe, respetó el paradigma dominante y le dijo que se fuera a fregar baldosas.

Así que cenicienta lloró y lloró hasta que se dio cuenta que no le iba a caer jamás un hada madrina de la nada a darle un vestido para la fiesta y una carroza hecha de calabazas,” so”, usando el poder feminista se las ingenió para entrar en una tienda(o más bien en una casa ajena), robar un vestido e ir a la fiesta caminando entre el barro formado por la lluvia de la noche anterior.

Ergo, Cenicienta creó un enigma, y se salió del paradigma dominante, hurra por ella.

Al final llegó al baile embarrada, mojada (porque se largó a llover otra vez) y con caries, porque en esa época tampoco existían los dentífricos, y misteriosamente, creando otro enigma, el rey se enamoro de ella y bailó con ella toda la noche.

Pero oh, Dios, a las 12 tuvo que partir porque la niña era supersticiosa y se creía que se iba a quedar desnuda cuando diera la doceava campanada (muy típico de esos tiempos donde las supersticiones, dios, los gatos con botas y las hadas eran la explicación coherente a los problemas de la vida).

Durante un tiempo (dos horas), Cenicienta experimentó un gran malestar, si bien sus valores no se veían amenazados, puesto que extrañaba al príncipe, digo, rey y su bella noche juntos. En fin, el príncipe/rey nunca llegó porque cenicienta fue descalza, entonces no perdió ninguna zapatilla.

Así, vivió infeliz y con crisis permanente cuando tuvo que casarse con el herrero de al lado, Jose Alberto, como dicta un paradigma decente de la época feudal.

Y colorín colorado, la imaginación sociológica se nos ha agotado. :)